Así lo aseguraron profesionales médicos radicados en esa localidad catamarqueña. “Se nos está muriendo la población joven”, aseguraron.
En varios de los cruces y debates suscitados por la actividad megaminera en el país a lo largo de este último tiempo, una de las mayores polémicas giró en torno, no solamente a la degradación ambiental en la que incurriría Minera Alumbrera sobre las zonas aledañas al yacimiento, sino que también se focalizó en las consecuencias que dicho desequilibrio ecológico propiciaría en la salud de los pobladores.
En tal sentido, profesionales de la medicina que desempeñan su labor en Andalgalá (lugar en el que se concretan manifestaciones comunitarias para impedir la continuidad de este tipo de industria) señalaron que, a partir de la radicación de La Alumbrera en la zona delimitada, se registraron incrementos en los niveles de enfermedades cancerígenas, como así también se desarrollaron patologías poco comunes para esos lugares.
Luis Alberto Flores, médico generalista, especialista en cardiología y que presta el servicio sanitario en el hospital José Chain Herrera de Andalgalá, se refirió a las anomalías sintomáticas y de diagnóstico, apelando para ello a parangones estadísticos que reflejan un panorama preocupante.
De esta forma, el galeno refirió, en declaraciones al medio Nuevo Diario, que durante 2009, la población infantil de Catamarca ascendía a 113 mil niños, donde se tipificaba un caso de cáncer óseo durante el año en toda la provincia. "Según el último censo, Andalgalá cuenta con más de 6.400 niños y tenemos una prevalencia de cinco casos en tres años, con lo cual superamos ampliamente la media mundial".
A modo de ejemplificar esta tendencia, sostuvo que "hace más de una semana murió un joven de 18 años con cáncer de hueso y hace más de un mes murió otro joven de la misma edad por esclerosis múltiple. Un chico de 15 falleció producto de un cáncer de colon y tenemos muchos casos de cáncer de hueso en chicos de 13, 14 y 15 años", aseguró.
Con el objeto de remarcar cierto grado de extrañeza por la persistencia de estos casos, el médico comentó que los tipos de padecimientos aludidos son comunes en poblaciones cuya edad abarca de los 35 a 75 años.
"Acá tenemos casos de chicos adolescentes y muchos de ellos murieron por cáncer. Con sólo un caso registrado ya es un problema, y dos ni hablar, lo cual indica que la tasa de mortalidad registrada ya es muy alta en la zona. En concreto, en Andalgalá se nos está muriendo la población joven", advirtió.
Incrementos alarmantes
En aras de tornar más gráficas sus conclusiones, Flores precisó que "la incidencia de osteosarcoma, un cáncer de hueso que se da en niños y jóvenes de entre los cinco y los 20 años principalmente, es de seis casos por millón de habitantes. En Andalgalá tenemos 18 mil habitantes y tres casos de este cáncer, o sea que trepamos en incidencia al 2.400 por ciento".
En cuanto a la presencia en la población de enfermedades raras, detalló el "surgimiento" de la miastenia gravis, esclerosis múltiple, enfermedades del colágeno. "La incidencia de la esclerosis múltiple es de un caso por 10 mil habitantes o un caso por 30 mil en algunos lugares. Nosotros tenemos 18 mil habitantes y tenemos diez casos registrados, es decir, una incidencia que supera el 500 por ciento", insistió.
Dada la no correspondencia empírica y de datos cuantitativos en la rama sanitaria que se detallaron, un grupo de profesionales médicos decidió llevar a cabo un trabajo de investigación que pudiera dar cuenta de las causas que provocarían estos desequilibrios en la salud de los ciudadanos residentes en esos distritos.
"Decidimos realizar un trabajo de carácter científico para estudiar este problema y relacionarlo con algún elemento tóxico que haya en la población, y así hemos notado que aproximadamente en los últimos siete años hasta la actualidad hubo un aumento considerable de incidencia de cáncer de todo tipo, pero principalmente de cáncer óseo en niños", explicó Flores.
Entre las posibles causas, el estudio hace mención a los residuos tóxicos de la megaminería y las antenas telefónicas como determinantes en la aparición de las letales enfermedades.
Sin embargo, según lo denunciado por el galeno, el gobierno de la provincia vecina habría ejercido presiones para no hacer público este documento (la tesis debía ser presentada en la maestría de Salud Pública), a raíz de la gravedad en los detalles que se esgrimían en el mismo.
Vale indicar que, de acuerdo al informe elaborado por el profesor Titular de Biología Evolutiva (Universidad Nacional de Córdoba), Raúl Montenegro (publicado por este medio en su edición del 15 de febrero pasado) sostiene que la actividad del yacimiento posibilita la "generación de campos magnéticos y eléctricos en todo el tendido de la línea de alta tensión entre El Bracho y La Alumbrera (220 Km), lo que provoca un aumento de 1,7-2,0 veces en el riesgo de que los niños contraigan leucemia". En torno a dicho tópico, se expone que Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, tal sus siglas en inglés) concluyó recientemente que "la evidencia científica, en particular la evidencia relacionada con la leucemia infantil, sugiere que los campos electromagnéticos son posibles cancerígenos para los humanos, Categoría 2 B".
Nula información oficial
En tanto, otra de las sanitaristas que trabajan en el hospital de Andalgalá, Adriana Sánchez, jefa de servicio del kinesiología y Master en Salud Pública, consignó que se produjo un incremento en las enfermedades respiratorias. "Patologías que en otros momentos las sacábamos adelante en 10 o 15 días, en estos momentos cuestan más, hay que apoyarse de medicación. Hay pacientes que son reincidentes en el servicio, que llegan a internación y estamos teniendo niños de una semana de vida que ya están con tratamiento kinésico", aludió en una entrevista concedida para la revista Nativa (publicación de Villa María, Córdoba).
Al momento de ser consultada si puede establecerse una vinculación entre el surgimiento de estos parámetros en las afecciones con la actividad desarrollada por la minería, Sánchez apuntó: "hoy hablamos que no se hereda la enfermedad, sino que se hereda la predisposición. Acá lo que tenemos que ver es cuál es el factor desencadenante, pero eso lo tiene que ver el médico que es el responsable de ese paciente, yo recibo al paciente con un diagnóstico específico, pero yo no tengo la fuerza suficiente para emitir una causal, la puedo sospechar, pero eso lo tiene que decir el médico".
Igualmente, deslizó cierto cuestionamiento a la escasez de información oficial y registros estadísticos que se elaboran en la zona para determinar un seguimiento de los trastornos en la salud aludidos. "La necesidad es que se investigue las causales de lo que está pasando, acá todos convivimos, tomamos la misma agua, todos respiramos el mismo aire, pero acá hay un factor que está desequilibrando el organismo", recalcó.
En torno a este último aspecto, ya la investigación realizada por la Universidad de Córdoba sostenía en sus conceptualizaciones que "la falta de estudios epidemiológicos de morbilidad y mortalidad con anterioridad a la localización de la mina y la persistencia posterior de este vacío impiden conocer los impactos que pudiera haber provocado Alumbrera Limited en la salud de personas expuestas".
Se sostuvo al respecto que en 2003 se conocieron solamente estadísticas del hospital de Andalgalá que confirmaron que desde la instalación de la mina y hasta dicho año las enfermedades respiratorias en niños habían aumentado de 1374 a 2244 casos. "La falta de nuevas cifras imposibilita el seguimiento de estas y otras enfermedades", postuló el documento.
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