lunes, 31 de enero de 2011

"Donde yo paso, no vuelve a crecer la hierba", dice Atila reencarnado

Por el Dr. Mario H. Di Rienzo

           El ofrecimiento de una solución concreta al flagelo social de la falta de trabajo es el principal anzuelo que suele utilizar la megaminería cuando trata de seducir a las comunidades que, por supuesto, ansían desarrollo, progreso, y un trabajo que permita ganarse la vida dignamente. No deja de ser curiosa la similitud que presentan los propagandistas de las empresas multinacionales con los políticos en tren de campaña, éstos suelen prometer educación, salud pública, progreso y creación de fuentes de trabajo. Una vez logrado el objetivo de agarrar la manija, la realidad suele variar bastante de las doradas promesas. Esto lo reconoció impúdicamente, con sinceridad desfachatada, Carlos Menem cuando dijo: "Si decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie." Entre otros estafadores de la confianza pública, hizo el mismo engaño su comprovinciano Beder Herrera. Creen que el poder les durará para siempre, confían en que las promesas traicionadas no se pagan. En el caso de las empresas multinacionales es peor, porque una vez culminado el saqueo, cuando ya no haya nada para llevarse, levantaran vuelo como las aves de rapiña frente al cadáver al que no le queda más que los huesos pelados. Después… ¡A cantarle a Gardel, a quejarse a Magoya!… con la contaminación, la falta de remediación, las escombreras, el fin de los trabajos temporarios, la perdida de las fuentes de agua, la destrucción de los glaciares, las enfermedades y muertes de animales y personas, y un largo etcétera. Sucede que de tanto confraternizar con los empresarios mineros, el rostro de los defensores de la megaminería contaminante adquiriere una dureza mineral, y así ostentan una cara con solidez de granito, una caradurez como la del gobernador riojano al que se lo puede ver en un video por Internet desafiando: "¡Muéstrenme un solo ejemplo de contaminación minera, uno sólo!"... Merece figurar en la Guía Guinnes. 
     Lamentablemente parece que aquello que decía el General sobre que "los pueblos engañados hacen tronar el escarmiento" no era cierto, al menos así sucede con estos dos personajes cuya impunidad para la traición es sorprendente. Idéntica impunidad parece proteger a la megaminería. La  protege su asociación con los gobiernos, nacional y provinciales, y con los factores de poder (legislativos, judiciales, empresariales, financieros, medios de difusión masiva, etc.). Frente al enorme poderío imperial, la franciscana carencia de medios de los sectores populares que resisten la presión extranjera hace parecer una utopía demente la pretensión de rechazar el saqueo imperial, aliado a los poderosos sectores entreguistas locales, asociación que nuestra historia ha presenciado reiteradamente durante 200 años de vida formalmente independiente. 
      Y aún desde antes, pues en la época de la conquista española ya había indios y caciques que se vendían al invasor, traicionando mercenariamente a sus hermanos. Sin la traición interna jamás el grupito de europeos, por más armamento superior que tuvieran, podría haber sometido a los millones de habitantes originarios de América. Los entreguistas locales actuales deberían recordar el pago que obtuvieron los indios traidores después del triunfo del invasor. La megaminería extranjera promete "responsabilidad empresaria", "cuidado del medio ambiente", "desarrollo sustentable", lo que no pasa de ser pura charlatanería para cualquiera que, aún sin título universitario de Ingeniero en Minería,  razone con cabeza propia, cualquiera con sentido común: ¿cómo hablar de "desarrollo sustentable" en una actividad  que se apropia de "recursos NO renovables"? ¿Qué pasará  con los trabajos que ofrecen cuando al cabo de unos años se termine la actividad? ¿Qué pasa con las actividades agropecuarias que son destruidas y que no puedan recuperarse porque las condiciones ambientales habrán cambiado sustancialmente (contaminación, agotamientos de recursos hídricos, etc.)? ¿Qué ganancia es para el país que se lleven todo casi gratis, gracias a las leyes de gobiernos entreguistas?  Un volante de Autoconvocados de San Juan del año 2004, citado por Javier Rodríguez Pardo, se preguntaba: "¿Para quién es el negocio de la Gran Minería? (…) son 39 compañías las que explotan el 80% de la minería en Argentina, 35 de las cuales son corporaciones extranjeras. Por cada 100 dólares que obtienen, pagan un promedio de 1,20 dólares de regalías, una vez descontados sus costos de producción. En los primeros 5 años de explotación (…) salen del país 25.000 millones de dólares y sólo pagarán  de regalías a las provincias 390 millones de dólares , pero la Nación deberá reintegrarles 1.250 millones de dólares en concepto de reembolsos por explotaciones no tradicionales, con lo que perderemos en 5 años 870 millones de dólares, además de los recursos naturales que se llevan y el pasivo ambiental que nos dejan (…) Cuantos más yacimientos se explotan, más dinero pierde Argentina (…) El IVA se devuelve en 70 días y el combustible liquido no paga impuestos permitiéndoles abonar $ 0,50 el litro de gasoil (agosto 2004). Así como están exentas del impuesto al cheque, tampoco están obligadas a liquidar las divisas en el país.  Y sólo generan un puesto de trabajo por cada millón de dólares que invierten". 
      Los casos de pueblos fantasmas después del agotamiento de la actividad minera, la creación de desiertos contaminados, los gobiernos del primer mundo que han prohibido esta actividad en sus propios territorios, son innumerables. ¿Puede mencionarse a un solo pueblo que después de años de explotación minera y tiempo después que se haya ido la empresa, se encuentre en mejores condiciones sociales y económicas que antes? Las modernas huestes de Atila vienen dispuestas a llevarse todo y dejarnos una contaminación ambiental irreparable. La historia debería servirnos de fuente de enseñanza, hacernos pensar, tomar conciencia del saqueo a que estamos siendo sometidos y del futuro tenebroso para nosotros y nuestros descendientes, y decidirnos a rechazar la invasión minera que padece toda Latinoamérica, antes de que sea demasiado tarde y el lamento lacrimoso sobre las ruinas sea el estúpido acto final de los que no supieron ponerse de pié y rebelarse a tiempo contra los saqueadores de afuera y sus aliados de adentro. Porque el despojo está sucediendo en este momento, mientras escribo estas líneas, está sucediendo ahora mientras usted lee, y sucederá mañana y pasado sino podemos expulsarlos de nuestro continente. El cielo se oscurece por el vuelo de centenares de aves oscuras y de pico corvo, que también pretenden su porción en el despojo. Centenares de proyectos mineros esperan su turno. Pero los latinoamericanos estamos recuperando nuestra dignidad, los sueños libertarios y unificadores de San Martín y Bolívar vuelven a vibrar en la Patria Grande continental. 
     El saqueo minero de nuestra América cumplió 500 años, es hora ya de que los pueblos acaben con el sometimiento, recuperen el dominio soberano de sus propios recursos naturales, de sus bienes comunes, y digan basta a los mentirosos, los corruptos, y los ignorantes que son cómplices pasivos por omisión. El agua y la vida valen más que el oro. Los pueblos son los dueños naturales de los bienes comunes, no los dirigentes que fueron elegidos para defenderlos y no para ayudar al saqueo.-

Dr. Mario H. Di Rienzo
Fiambalá – Catamarca



Fuente: http://www.fiambalahoy.com.ar/public.ashx?DetalleNoticia.413.18340

domingo, 2 de enero de 2011

Tácticas de las empresas mineras

Aquí se describen unas cuantas tácticas utilizadas por algunas empresas en ciertos momentos del proceso por convencer a la población de los supuestos beneficios de la megaminería. Seguramente en las localidades en donde pretenden ingresar han puesto en práctica algunas de estas tácticas y les resultarán familiares a sus ciudadanos


Táctica de la empresa 1 — Visita con identidad falsa 
La empresa minera está solicitando concesiones o  ya tiene concesiones, y envía un equipo para evaluar la situación local. Quieren averiguar el nivel de conocimiento del pueblo sobre el tema minero y el grado de oposición. En esta etapa, pueden empezar a identificar personas locales claves de la comunidad o del gobierno local para tenerlos de su lado. Pueden llegar con identidad falsa (por ejemplo, haciéndose pasar por un representante de una ONG) para obtener información.

Táctica de la empresa 2 — Reunión pública
Peter Munk (CEO y fundador de la Barrick) y Cristina Kirchner
reafirmando acuerdos en Canadá. (Revista 23)
Cuando ha encontrado un aliado local, la empresa puede llegar y reunirse abiertamente con el gobierno local o la comunidad para hablar sobre el proyecto. Es muy probable que organicen reuniones por medio de funcionarios “amistosos” del gobierno local o de la comunidad. A estas alturas, puede ya  haber ofrecido algunos beneficios a los funcionarios (no sólo monetarios). 



Táctica de la empresa 3 — Confeccionar la licencia social
Brizuela del Moral
Gob. prominero de Catamarca
Mientras negocia con una comunidad, la empresa podría decidir negociar con (y por lo tanto fortalecer) un grupo que no representa los intereses de la comunidad, si considera que el grupo resulte más fácil de manipular. Esto en sí crea divisiones, y es una medida utilizada para desestabilizar el mecanismo de defensa de una comunidad. También puede alterar drásticamente el equilibrio de poder de una comunidad. Si no existen grupos manipulables, la empresa podría simplemente crear un grupo nuevo con gente con la que puedan contar para apoyar su proyecto extractivo. Este grupo será el defensor de la empresa en el ámbito público, no sólo defendiendo y apoyando activamente al proyecto (beneficiándose financieramente de la presencia de la empresa todo este tiempo), sino también implementando algunos de los programas sociales de la compañía. Sin embargo, el objetivo más importante es que el falso grupo comunitario dé a la empresa la legitimidad que necesita para convencer al público, a sus inversionistas y a funcionarios gubernamentales que su proyecto ha obtenido la licencia social necesaria.  Si su comunidad logra neutralizar esta táctica la empresa, junto a su ‘organización de desarrollo’, la empresa podría trabajar con comunidades cercanas para ponerlas en contra de la comunidad que se está resistiendo a su proyecto. El resultado final es un aumento en la animosidad entre comunidades y un gran incremento en la presión sobre aquéllos que se resisten al proyecto.
Yamana Gold (Agua Rica) conformó su grupo de choque
(No a la mina)

Táctica de la empresa  4 — Falsas organizaciones 
Si la empresa no puede encontrar un aliado sumiso entre las organizaciones comunitarias existentes, podría crear una nueva “organización local de desarrollo” para allanar su camino. O podría crear una estructura de gobierno paralela, o dar poder a un dirigente pro-empresa. Puede haber mucho dinero disponible de inmediato para este nuevo grupo. En Ghana, las corporaciones mineras auríferas hicieron esto con grupos juveniles, grupos de agricultores, grupos religiosos y grupos de mujeres. En algunos casos, ayudaron a crear estos grupos, mientras que en otros casos simplemente corrompieron a sus dirigentes. Sus objetivos son (a) crear desconfianza dentro de la comunidad y (b) no ser vistos como una Transnacional Minera o como una Mega Empresa, sino como que está trabajando a través de una organización local de confianza o una persona de la comunidad, e idealmente,  alguien con una buena reputación.
Urbanc, Obispo prominero
de Catamarca

Táctica de la empresa 5 — Truco de firmas
La empresa puede enviar a representantes a los hogares de personas desempleadas a prometerles empleos con buenos sueldos si firman una “solicitud de trabajo” que es realmente una petición que muestra apoyo por el proyecto extractivo propuesto. La corporación cuprífera Rosemont Copper Corporation hizo esto en un intento de garantizarse una concesión en Santa Rita, Arizona. En la Península Zamboanga de las Filipinas, Toronto Ventures, Inc. (TVI) engañó a la población indígena Subanen al hacerla firmar una hoja de papel en blanco y luego la utilizó como “evidencia” de su consentimiento al proyecto minero de TVI. Este “truco de firmas” también es una forma de lo que los activistas denominan una “consulta engañosa.” 

Táctica de la empresa 6 — Compra de terrenos claves 
Usualmente, la empresa intentará comprar tierras con vías de acceso a sus concesiones, y otras propiedades claves de la gente local. A veces esto se hace obligando a los agricultores a vender su tierra a precios determinados por la empresa. Y a veces ellos utilizan la compra de terrenos para debilitar a las comunidades.

Táctica de la empresa 7 — Ofertas de servicios, proyectos y empleos  
El gob. de Tucumán Alperovich satisfecho
por la donación de la Alumbrera (La Gaceta)
Aquí, el objetivo de la compañía es seducir a algunos de los residentes locales y dividir así a la comunidad, para obtener la  licencia social necesaria.  La empresa puede prometer servicios y proyectos de infraestructura a las comunidades locales y al gobierno: caminos, puentes, clínicas, escuelas, un médico a tiempo completo y atención médico/dental y becas. Pueden también ofrecer empleos con buenos sueldos (por un tiempo), identificando a ciertas personas para sembrar resentimiento y desconfianza. Pueden hacer esto directamente, o a través de una falsa organización, pero todos sabrán que el dinero de la empresa está detrás de esto.  Mientras que se cumplen algunas promesas (por lo menos al principio), muchas no se cumplen. El objetivo es sembrar la nueva idea de que la comunidad es “pobre” y hacer que la riqueza material se convierta en más importante que la riqueza cultural y social.  Esta estratégica de las empresas extractivas crea dependencia a los bienes y servicios que prestan. Es importante concienciar a la gente de los peligros de esta estrategia y sus consecuencias. La dependencia de los servicios de la compañía pone a la sociedad en riesgo de un colapso eventual cuando la empresa se vaya. 

Táctica de la empresa 8 — Infiltración y espionaje 
Si está en juego suficiente dinero, la empresa puede recurrir a espiar a la oposición para averiguar los planes y acciones de la comunidad. Pueda que instalen cámaras de video digital y equipo de grabación electrónica para monitorear puntos clave. Ocasionalmente, las compañías han grabado conversaciones telefónicas y reuniones, e interceptado el correo electrónico de activistas comunitarios.  Ellos pueden reclutar o introducir espías en su comunidad u organización para recolectar información para utilizar en su contra. El espía puede convertirse en un miembro central de su grupo, uniéndose a acciones de protesta y auspiciando reuniones de acción. Usualmente, el espía está ahí para recolectar información, pero a veces puede impulsar al grupo a cometer acciones (usualmente ilegales) que dañan a su lucha. 

Táctica de la empresa 9 — Juicios SLAPP 
Los juicios SLAPP (la sigla en inglés de Strategic Litigation Against Public Participation, o Demandas Estratégicas Contra la Participación Pública) típicamente son juicios civiles o penales entablados por las compañías o sus aliados. Su propósito es intimidar a los oponentes locales y  hacerles gastar tiempo y dinero defendiéndose. 

Táctica de la empresa 10 — La empresa sostiene que no tiene sentido pelear 
La empresa minera puede sostener que si usted lucha contra ellos, otra empresa minera vendrá más adelante con una propuesta menos sensible para la comunidad, y menos amistosa con el medio ambiente. ‘Ustedes están mejor con nosotros,’ pueden sostener ellos. Estas aseveraciones son tonterías.

Táctica de la empresa 11— Juicios, cargos inventados y amenazas de muerte 
Juez Cecenarro (Andalgalá) denunció penalmente a
activistas antimineros por amenaza de muerte. (El Ancasti)
Si la empresa se siente amenazada por la oposición, puede empezar a utilizar tácticas agresivas, como juicios, cargos inventados para encarcelar a los líderes de la oposición o incluso amenazas de muerte.  Para desprestigiar públicamente a los principales líderes de la oposición, una empresa puede diseminar rumores falsos, o incluso fabricar falsos delitos. En algunos casos, se ha sospechado que las compañías pagaron a menores de edad para decir que habían sido violados, provocando así juicios penales. De manera similar, puede pagar a personas para que digan que han sido víctimas de robo o asalto por parte de líderes claves. Por ello, los líderes tienen que estar conscientes de que estas cosas pueden pasar y ser cuidadosos de no caer en este tipo de trampas.  En Intag, el caso ecuatoriano, cuando fracasaron las tácticas  del “bueno de la película” de la empresa, se utilizaron  tácticas de mano dura, lo que incluyó contratar a guardias privados (tipo paramilitares) para que hostigaran a activistas contra el proyecto minero. Esto puede escalar a amenazas de muerte contra líderes de la oposición.

Táctica de la empresa 12 — Grupos de seguridad, paramilitares, golpizas, desapariciones
En el caso de oposición significativa, las empresas pueden contratar a empresas de seguridad para proteger a su personal e infraestructura (como campamentos mineros). Esto tiene frecuentemente sólo la intención de intimidación, pero el siguiente paso frecuentemente consiste en la paramilitarización — una etapa muy grave de la lucha en la que su bienestar físico puede verse amenazado, y donde se podrían violar los derechos humanos de muchas personas.

Táctica de la empresa 13— La empresa regresa
Si se logra detener el proyecto extractivo, la misma empresa o una nueva puede regresar  e intentar de reiniciar el proyecto de nuevo, tal vez con tácticas diferentes. 

* Extraído de Guía Comunitaria (2009)