Increíble historia de terror y secuestro en el norte Argentino; También la célebre y triste Sierra Leona sudafricana especialista en diamantes, el fallecido magnate Dodi Al Fayed, muerto en un accidente junto a Lady di.
Miguel Enrique Solanis es tucumano "por adopción", aunque nació en Salta, donde tuvo minas de sal y se dedicó a la forestación. Desde 1976 vive en Tafí del Valle.
Desde entonces presentó a la Dirección de Minería provincial muchos pedimentos mineros, entre ellos los 19 de minas de oro, cobre, plata y zinc por las que buscó como socios a Al Kassar y la Imperial.
Lo del terror habría que tomarlo literalmente. Solanis denuncia que el 12 de enero de 2001 nueve hombres que se movilizaban en tres autos coparon su casa de Tafí del Valle durante toda una noche, y los mantuvieron a él y a su familia cautivos mientras robaban sus bienes y revolvían papeles. Dice que la Justicia tucumana nunca investigó a fondo.
Para Solanis se trataría de una derivación de su ruptura con la Imperial y la si multánea asociación de esta empresa con otro grupo local. Otra derivación fue el juicio por estafa que enfrenta en un juzgado de instrucción de Marbella, España, a Monzer Al Kassar, como demandado, y la Imperial, como demandante. En marzo último, Solanis declaró en ese proceso como testigo a favor de Al Kassar.
Solanis cuenta con la mayor naturalidad cómo se convirtió en socio del Al Kassar:
—En 1997 firmamos una carta de intención con Dodi Al Fayed, para desarrollar un proyecto llamado Ala Amarilla en los Valles Calchaquíes. Se truncó con su muerte junto a Lady Di, cinco días antes de que viniera a Tucumán.
—¿Cómo contactó a Dodi Al Fayed?
— En 1994 estuve colaborando ad honorem con la Secretaría de Seguridad y Desarrollo que se estaba por crear en el gobierno de Menem. No llegué ahí porque fuera político sino porque, con un socio que tenía, compré 24 mil héctáreas en La Rioja para desarrollar un proyecto agrícola-forestal con inversores israelíes. Se desbarató el proyecto cuando ocurrió el atentado a la AMIA. Uno de los inversores murió en el atentado.
—¿Y cómo llegó a Dodi Al Fayed?
—Por vinculaciones. En esa época yo concurría a embajadas, incluida la de Arabia Saudí. En realidad llego a él por su ex esposa argentina, Beatriz Garibaldi Lalor.
—El encuentro con Al Fayed, ¿fue en la Argentina o en el exterior?
—En la Argentina y en el exterior. Yo estuve varias veces en Europa, en Israel, en Suiza, en Estados Unidos.
—¿A Al Fayed lo vio en Londres?
—No, acá en la Argentina. Y en Panamá.
—¿ Cómo se contactó con Al Kassar?
—Por medio del arquitecto Antonio Aguirre, que tiene crematorios en Morón y tiene una relación de nueve o diez años con Al Kassar. Y a Aguirre lo conozco a través de Roberto Chala, que me lo presenta en Buenos Aires, en 1999.
—¿Aguirre tenía interés en la minería?
—Es amigo de Acerbo, el dueño del 75 por ciento de Agua Rica, una de las mayores minas de oro y cobre de la Argentina, en Catamarca. Chala lo trajo con engaños a Aguirre, por el tema del oro.
—¿Cuándo se contactó con Al Kassar?
—Fue en su casa de Buenos Aires, en Libertador al 4500, cuando vino a declarar por el tema del pasaporte.
—¿Le dio un poder a Al Kassar para que consiguiera inversores?
—Sí. El consigue la empresa inglesa Imperial Consolidated. La Imperial Consolidated hace una sociedad con Al Kassar, la Consolidated Mining Corporation (CMC).
—¿Cómo estaba integrada esa sociedad?
—El cincuenta por ciento era de los ingleses y el cincuenta por ciento de Al Kassar. Y yo tenía un 11,5 de este 50%, de una inversión a futuro, previa una inversión de 40 ó 50 millones de dólares para saber si realmente existe la cantidad de minerales.
—¿Usted cedió sus 19 pedimentos mineros a CMC?
—Sí, los pedimentos fueron cedidos a CMC, a Lincoln Fraser y al doctor Olabi Wasuqui, que era el representante de Al Kassar en la sociedad.
—¿Qué pasó con esa empresa?
—Cuando vino Fraser acá a Tucumán, hizo contacto con Roberto Chala y dijeron: "A Solanis lo volteamos, lo sacamos a Monzer del medio y quedamos nosotros haciendo el emprendimiento con las 19 minas", que se las otorga (el director de Minería de Tucumán, Juan Carlos) Ramírez, a Tucumán Mineral Company (TMC), que es una empresa que nació en Londres en noviembre de 2000 y luego se inscribió en la Argentina. Por eso son una asociación ilícita, una banda, que actuó con premeditación.
—Y en febrero de 2001 la Dirección de Minería declaró caducos los derechos mineros de CMC.
—Las áreas de Solanis nunca han caído. La Dirección de Minería inscribió la cesión que yo hice en el Libro de Protocolo de Negocios Mineros, cuando debía haber aprobado la mensura a mi nombre y concedido los títulos también a mi nombre, antes de inscribir la cesión.
—¿Por qué cree que Fraser prefirió prescindir de usted como socio y optó por Chala?
—Porque con Al Kassar iba a tener que hacer la inversión. A Solanis lo puede joder, a Monzer Al Kassar no, tiene poder, tiene plata, yo no la tengo. Yo soy un pobre minero, que vivo de lo que produzco. Cómo será que, para acallarle cuando Monzer descubre algo de esto, los ingleses depositan 4 millones de dólares para que no se retire. Y después le ofertan 10 millones más. Pero no, Monzer me defiende a mí pues quiere la inversión. Y los juicios en España son por el monto de la inversión.
—¿Pero el demandado en esos juicios no es acaso Al Kassar?
—Sí, pero Al Kassar ha demostrado que él nunca fue acusado de estafador. En cambio, Fraser está inhabilitado en Inglaterra y otros países.
—Cuando concluye su relación con la Imperial, ¿usted busca un nuevo inversor?
—Ya está el inversor. Se llama Sierra Leona, es una empresa sudafricana con domicilio en Londres. Es una empresa diamantera, la número dos del mundo. Ya está firmado un contrato y todo. Yo hablé con ellos en marzo, en Marbella. Ellos dejaron depositados 20 millones de dólares en España para un estudio de factibilidad.
—¿No teme que sus proyectos sean utilizados en maniobras de lavado?
—No, porque las inversiones iban a ser reales. Justamente la pelea legal entre los ingleses y Monzer se produce cuandoMonzer exige que se cumpla el contrato.
—Usted fue testigo en ese jucio a favor de Al Kassar.
—Sí, contra la infamia que se pretendió hacer de parte de los ingleses y de funcionarios de Tucumán con alguien que procedió bien.
Fuente: http://edant.clarin.com/suplementos/zona/2002/12/01/z-00501.htm
http://www.catamarcaya.com.ar/
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