martes, 24 de abril de 2018

Vive en la extrema pobreza al lado de la minera en Catamarca

FIEBRE DEL ORO BLANCO

Vive en la extrema pobreza al lado de la minera en CatamarcaEl Intransigente estuvo en Antofagasta de la Sierra (Catamarca) para contarles algunas historias detrás de lo que se conoce como la “fiebre del oro blanco” (el litio). El caso particular de Camilo Condorí que vive en la extrema pobreza justo al lado de la planta que tiene en la zona Minera Del Altiplano. El lugareño no tiene ni baño. La empresa que extrae litio le da solo algunas hojas de coca. En la imagen se puede observar -al fondo- la planta industrial de la firma internacional. Camilo usa una vieja bicicleta como medio de movilidad para a visitar a su madre, quien también fue engañada por la empresa con falsas promesas.

La fiebre del oro blando, a Camilo, lo aplasta (como a una mosca molesta)

Camilo mira triste el paisaje. Parece que intuye que lo olvidaron, o que a nadie le importa su suerte. De repente, llegaron las 4X4 y los nuevos dueños de las tierras. Nadie le informó nada. Lo obligaron, a él y su familia, a irse de su antiguo paraje (con falsas promesas) para hacer un dique para la empresa que le trajo a él y su familia más perjuicios que beneficios. A Camilo le toca sobrevivir con poco y nada, en una tierra rica en minerales por la alta demanda internacional del litio. La fiebre del oro blando lo aplasta como a una mosca. Lo desecha como ser humano.

Sin duda, para esta familia antofagasteña la historia es muy distinta a como lo cuentan los diarios y los discursos oficiales. Abundan los atropellos y la desconsideración. Minera Del Altiplano -y otras- se atribuyen el “poder de policía”, nadie circula sin ser interceptado por el personal de las empresas que te preguntan qué haces ahí (a los lugareñoooosss!!)

A Camilo no lo dejan hurgar ni siquiera en la basura que tira la minera

Camilos se queja porque dice que Minera Del Altiplano no lo deja hurgar ni siquiera en la basura. De acuerdo a lo que le contó a El Intransigente, ahí puede haber calzado que la firma internacional descarta pero que aún sirve. Entusiasmado asegura que calza 42. Desde su casita puede ver cómo aterrizan los aviones en la pista que la empresa -con ayuda de la Provincia- construyó para que arriben funcionarios y los jerarcas de la firma. Para que quede claro que eso ya es propiedad privada, la empresa electrificó el cerco, con la debida cartelización que indica el peligro para los que osen acercarse. La basura para la empresa es la posibilidad para Camilo de no andar descalzo. A cambio, la firma le da algunas hojas de coca para aplacar la puna y la ansiedad. Ahí es cuando descubrimos que la impotencia le gana a cualquier ciudadano cuando los negocios atan al municipio (Julio Taritolay), la Provincia (Lucia Corpacci) y Nación (Mauricio Macri).

Camilo y su vieja bicicleta que utiliza para visitar a su mamá

Entre sus bienes más preciados, Camilo muestra su vieja bicicleta. Con ella va a visitar a su madre, Amelia. Con lágrimas en los ojos nos comenta que hace “30 minutos” hasta allá. Como puede, tal vez recordando su niñez, emprende viaje en el precario rodado. Se lo ve débil. Es posible que no haya comido. Duele verlo irse así. Aborto. Perdido.

Lo vi alejarse. Me partió el alma.

Quise decirle “fuerza hermano”, pero no pude, pues aquí la esperanza no parece estar disponible para este hombre. Camilo Condorí, un paisano cuya afligida vivencia contrasta con los millones de dólares en inversión de la que habla por televisión el Señor Presidente, Mauricio Macri (Frente Cambiemos).
Por Juan Carlos Andrada

Especial para El Intransigente (La verdad debe contarse entera siempre)

Fuente: https://www.elintransigente.com/politica/2018/4/23/vive-en-la-extrema-pobreza-al-lado-de-la-minera-en-catamarca-488010.html

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